Chemins du desir, paths of desire, caminitos de deseo o caminitos felices, como alguien también los llama, o símplemente atajos son senderos que discurren por lugares donde la «planificación» no los ha previsto. Cuando estos senderos atraviesan zonas verdes quedan trazados en el suelo y se hacen visibles, son la prueba gráfica de que el entorno habitado tiende a tomar su forma a partir del uso que de él hacemos las personas, por encima de las limitaciones en forma de pavimento, seto o bordillo surgidas de los «criterios» de diseño de un despacho de arquitectura o ingenieria.
La aparición y proliferación de estos senderos es función de dos variables:
1. la calidad del diseño urbano
2. el nivel de disciplina y de «control social»
Una obra de referencia del Land Art: A line made by walking (1967) del británico Richard Long se inspiró en ellos, y más tarde otros artistas han utilizado este recurso como Les Freres Ripoulain.
Quizás todo sea producto de la mania de prohibir de los unos y de la de saltarse las prohibiciones de los otros…
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